Narcotrafico infiltrada en la Bordel Patrol


Las historias de corrupción incluyen a un agente que vendió al cártel de Sinaloa un mapa con la ubicación de sensores para detectar traficantes, mientras en Reynosa otro dejó pasar cargamentos del cártel de Golfo.

MILENIO.-
Un agente policiaco que se hace de la vista gorda en la frontera entre El Paso y Ciudad Juárez deja pasar una camioneta repleta de cocaína y recibe un pago de miles de dólares por su cooperación. En Nogales, Yamilkar Fierros, un patrullero, revela a narcos del cártel de Sinaloa la ubicación exacta de sensores ocultos en el desierto: les entrega un mapa altamente confidencial con el que les aconseja por dónde manejar para evitar ser detectados.

En Reynosa, el policía Luis Enrique Ramírez ayuda a integrantes del cártel del Golfo a que cruce mariguana por la garita sin problemas, citándolos a la medianoche para aprovechar el descontrol del cambio de guardia. Martha Garnica, otra agente fronteriza, gana tanto dinero traficando con droga entre Chihuahua y Texas para el cártel de Juárez que se compra una mansión con alberca incluida.

El gobierno, preocupado por la creciente presencia de agentes corruptos en sus filas, inicia un súbito programa de control de confianza, practicando miles de pruebas de polígrafo en busca de elementos sucios. Decenas no aprueban los exámenes y son expulsados.

Las historias, relatos de corrupción de funcionarios públicos que han terminado en la nómina del narcotráfico, suenan similares a otras que se han repetido por México a lo largo de los últimos años.

Pero éstas tienen una diferencia: no involucran a corporaciones policiacas de México, sino a agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, convertida en la última década en blanco de cada vez más recurrentes esfuerzos corruptores por parte del crimen organizado mexicano.

Cifras oficiales del inspector del Departamento de Seguridad Interna, obtenidas por MILENIO, apuntan a que en los últimos ocho años hasta 141 agentes de la Border Patrol han sido detenidos por colaborar con narcos y polleros.

“Mientras la mayoría de los agentes (fronterizos) sirve con honor y dignidad, una pequeña minoría ha traicionado la confianza del público estadunidense al involucrarse en actividades no éticas e ilegales”, detalla un reporte enviado al Congreso de ese país, apenas en mayo pasado, por Thomas Winkowsky, en ese entonces comisionado interino de Fronteras y Aduanas.

Una investigación en registros documentales del Departamento de Justicia, el FBI y la Oficina de Contraloría Interna del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) da cuenta de que al menos 30 casos de corrupción de alto perfil se registraron en la frontera con México en años recientes, entre 2009 y 2012.

Los casos, cuyos resúmenes están disponibles en la página www.milenio.com, incluyen ejemplos de agentes que aceptaron sobornos, regalos y hasta favores sexuales para lo mismo franquear el paso a embarques de droga como abrir la vía a indocumentados.

California y Texas

Focos rojos. De acuerdo con un ejercicio estadístico realizado por este diario, el grueso de las detenciones se ha suscitado en dos ciudades: El Paso, fronteriza con Ciudad Juárez, y San Diego, al otro lado de Tijuana, ambas en la zona de influencia de los cárteles de Sinaloa y de Juárez. Son seguidas de cerca por casos en Matamoros y Nuevo Laredo, controladas por el cártel del Golfo y Los Zetas, respectivamente.

Tras revisar medio centenar de comunicados de prensa del FBI, así como cuatro reportes anuales del contralor interno del DHS —que abarcan el periodo 2003-2011—, las cifras obtenidas destacan que en los últimos tres años han sido detenidos cuatro agentes en las garitas de El Paso por su involucramiento con los cárteles de la droga o por extorsionar a migrantes indocumentados.

El caso más reciente fue anunciado apenas el 5 de octubre pasado e involucra al agente fronterizo Juan Carlos Guerrero, acusado por el Departamento de Justicia de haber encabezado una célula dedicada al tráfico de migrantes, además de permitir el paso de embarques de cocaína previo el pago de un soborno.

De acuerdo con la acusación en su contra, registrada en la Corte federal del sur de Texas, Guerrero trabajaba como encargado de garita en los puertos de entrada de Pharr y Anzalduas. Desde ahí permitió durante dos años el ingreso de decenas de indocumentados, a los que cobraba entre mil y 3 mil dólares por persona para exentar de revisión vehicular.

En cuanto a San Diego y Tijuana, las garitas que registran el mayor problema de corrupción son San Ysidro y Mesa de Otay. Entre ambas cuentan con ocho agentes de CBP detenidos por su participación en actividades ilícitas en cuatro años.

En lo que se refiere a Arizona, según los registros consultados, desde 2009 hubo 10 casos repartidos entre las garitas de San Luis Río Colorado, Yuma y Nogales. Fue en esta última en la que se registró el caso que involucra a Yamilkar Fierros, integrante de la Patrulla Fronteriza.

Documentos de la Corte federal de distrito en Arizona detallan que Fierros vendió en 2009, a un operador del cártel de Sinaloa, un mapa con los registros de caminos y puntos de control de la Border Patrol en el Valle de San Fernando por mil dólares.

No fue su única colaboración con las organizaciones del crimen organizado mexicano. Ese mismo año vendió en 4 mil dólares otros dos mapas con las ubicaciones de 180 sensores subterráneos ubicados en Sonoita.

Focos rojos en Washington

La creciente penetración de los cárteles en las filas de CBP ya prendió los focos rojos en Washington: desde 2010 el Departamento de Justicia lanzó una campaña de controles internos muy similar a las que se iniciaron en México a principios del sexenio de Felipe Calderón.

Ante la preocupación de una penetración de los cárteles de la droga, se ha ordenado que todos los agentes de CBP —que incluye a la Patrulla Fronteriza y a los encargados de aduanas— pasen por una batería de pruebas de control de confianza, incluido un examen de polígrafo. Todos los oficiales tendrán que haber sido acreditados antes de 2013.

La intranquilidad por la situación es compartida en el Legislativo. “El Congreso está preocupado de que, debido a las rápidas contrataciones hechas desde 2005 en el Buró de Control y Protección de Aduanas y Fronteras (CBP), así como Inmigración y Control de Aduanas (ICE), hay potencial para un incremento de corrupción”, advirtió en agosto pasado el comité de Seguridad Interna de la Cámara de Representantes.

Claves

Caza de agentes

- De los 141 agentes fronterizos detenidos desde 2004, 102 han cometido actos de corrupción, como tráfico de indocumentados y de drogas, o filtraron datos sensibles a cárteles.

- Dado el elevado riesgo de penetración de los cárteles de la droga, el FBI mantiene en la frontera con México 12 unidades anticorrupción, dedicadas a la búsqueda permanente de agentes que hayan sido cooptados por el crimen organizado.

- El Congreso de EU aprobó 3 millones de dólares para pruebas de polígrafo de cara a 2013, cuando la totalidad de los agentes fronterizos deberán haber pasado controles de confianza.

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