Se desmadra el PAN Nacional, rompimientos, traiciones y gancho al higado se comienzan a ver.
https://noticias-ixtepec.blogspot.com/2014/03/se-desmadra-el-pan-nacional.html
México, DF.-
Enrique Peña Nieto es un peligro para el Partido Acción Nacional (PAN,
derechas). En apenas 15 meses, el Presidente mexicano ha evidenciado el enorme
tamaño de la incapacidad de los panistas que ocuparon el Palacio Nacional
durante 12 años, de 2000 a 2012.
El PAN
perdió en julio de 2012 las elecciones presidenciales. Su candidata, Josefina
Vázquez Mota, fue enviada en esos comicios hasta el tercer lugar. Ni tan clara
señal de hartazgo de la ciudadanía “que el partido gobernante terminara en el
sótano” fue suficiente para pronosticar cuán desnudas quedarían las
administraciones panistas una vez que comenzara el nuevo gobierno del PRI.
Con apenas
24 horas en la silla presidencial, Peña Nieto sorprendió con el anuncio del
Pacto por México, una agenda de 95 compromisos acordada con los panistas y con
el Partido de la Revolución Democrática (PRD, principal fuerza de la
izquierda). Era el día dos del nuevo gobierno y el Presidente ya había dado un
mazazo al grillete de la parálisis que por más de una década encadenó a la
política mexicana. Cierto es que buena parte de ese inmovilismo obedeció al
cálculo de los priistas, que durante años pavimentaron su regreso a Los Pinos,
la residencia oficial, con una estrategia basada en evidenciar que los panistas
no podían sacar adelante grandes reformas.
El PRI, en
cambio, se afanó en exhibir que podía sumar voluntades y mover al Congreso. El
2013 se convirtió en el año en el que se establecieron nuevas leyes para temas
tan sensibles como la educación, las telecomunicaciones, el crédito bancario y
la energía (electricidad, gas y petróleo). Las reformas sacudieron el statu
quo, pero sus verdaderos alcances se verán en varios años más. No por nada la
economía está tan mal o peor que en tiempos del PAN.
Sin embargo,
la nueva agenda ayudó al Presidente en su intención de cambiar de cuajo la
narrativa sobre este país. Peña Nieto quiere que se hable de un México que se
mueve, no de uno que se ahoga en sangre y violencia, como fue el discurso
omnipresente en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012).
Pero la
nueva dinámica reformadora, muy aplaudida en el extranjero, no podía ser
suficiente para responder a los reclamos de una sociedad harta de asesinatos,
secuestros y extorsiones (si bien el primero de estos delitos parece ir a la
baja, en los últimos meses los otros dos se dispararon).
Al comenzar
el 2014, y roto ya el Pacto por México porque el PRD receló la aprobación de
una agresiva reforma energética privatizadora, la agenda de la inseguridad se
posicionó en el centro de la atención gubernamental. También en este tema, en
muy pocas semanas el PAN y sus gobiernos quedaron en ridículo. Un operativo en
Sinaloa detuvo a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, que se le escapó a los
panistas en 2001 y que se mantuvo prófugo durante 13 años. Y ahora una
estrategia lanzada este año en Michoacán, donde los panistas intentaron
infructuosamente de todo, comienza a dar resultados: el fin de semana cayó
abatido Nazario Moreno “El Chayo”, el sanguinario líder de los “Caballeros
Templarios”, y que había sido dado por muerto en diciembre de 2010 por la
administración anterior. Además de ese golpe, en muy pocas semanas el Gobierno
federal ha recobrado el control del territorio michoacano, tierra natal de
Calderón, y donde este inició su guerra anticrimen.
Falta mucho
para vencer a los criminales, pero al descabezar tan rápidamente a cárteles del
narcotráfico, Peña Nieto ha cosechado reconocimientos y apoyos de grupos
ciudadanos que ahora colaboran con su gobierno en la estrategia antisecuestro.
Con todo lo
anterior, los panistas podían ser acusados de omisión o incapacidad. Pero con
febrero llegó el caso Oceanografía y ahora son señalados por sospechas de una
corrupción de gran escala que pone en la mira a los círculos más cercanos de
los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón.
A finales
del mes pasado Citigroup anunció en Nueva York que rebajaba sus expectativas de
crecimiento anual y global porque había descubierto que su banco en México,
Banamex, tenía un boquete financiero por 235 millones de dólares por préstamos
a Oceanografía, una empresa proveedora de servicios para Petróleos Mexicanos
que floreció gracias a jugosos contratos logrados durante las administraciones
panistas.
Las
pesquisas están en una etapa inicial, pero cada día se acumulan más evidencias
de que Oceanografía pudo operar, hasta convertirse en la gran refaccionaria de
Pemex, gracias a que funcionarios de la era panista decidieron favorecer a ese
consorcio y perdonarle durante años millonarios adeudos en detrimento de las
prestaciones sociales de los trabajadores de esa empresa.
Sin embargo,
las mermas en la imagen de los panistas no han surgido sólo por el contraste
entre los anteriores gobiernos y el actual. El partido ha entrado en la etapa
final de un ruidoso proceso para renovar la dirigencia nacional, que concluye
el 18 de mayo. Quien gane la presidencia del PAN recogerá los escombros que han
dejado sucesivos escándalos (por ejemplo, el líder de los diputados Luis
Alberto Villarreal fue denunciado durante semanas en la prensa por
supuestamente influir en los presupuestos a cambio de contratos privados para
obras públicas, mientras que el jefe de la bancada panista en el senado, Jorge
Luis Preciado, es más famoso por llevar alcohol y mariachis a la cámara alta que
por sus discursos en la tribuna).
De cara a
las próximas elecciones, los del PAN se han quedado sin resultados qué presumir
como gobierno y con una fama de ser tan corruptos como cualquiera. Su identidad
de antaño, de gente proba, no existe más.
En 2006,
cuando Calderón disputaba las presidenciales a López Obrador, que le llevaba
ventaja en las encuestas, los panistas idearon el lema de que el izquierdista
ex alcalde de la capital mexicana era un peligro para México. Hoy no es
exagerado decir que a Calderón y a Fox les urge que termine el actual sexenio.
Faltan casi cinco años para eso, y quién sabe cuántas muestras más de que Peña
Nieto se ha convertido en un peligro para ellos.
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