Niños repatriados, difícil de adaptar en Mexico
https://noticias-ixtepec.blogspot.com/2014/01/ninos-repatriados-dificil-de-adaptar-en.html
DIARIO
JUAREZ / LA OPINIÓN
San Andrés
Las Peras, México— Regresaron poco a poco. Imperceptibles hasta sumar alrededor
de 10 mil niños estadounidenses repatriados a Oaxaca con sus padres
indocumentados y, particularmente en este pueblo lejano, perdido en la sierra,
se integraron unos cientos que trajeron a la comunidad el idioma inglés.
Lo
aprendieron en los EU, mientras sus padres cortaban frutas en Oxnard, Santa
María Salinas, Watsonville o Castroville, California, sin olvidar la lengua
madre, el mixteco, para comunicarse entre ellos, ni el español para hablar con
otros paisanos.
Pero al
volver a la tierra de sus padres, los infantes trilingües, no saben qué hacer.
Sobretodo en la primaria "Miguel Hidalgo" –única en la comunidad de
mil 300 habitantes– donde todavía los profesores luchan contracorriente por
enseñar el español como idioma oficial frente a una población predominantemente
indígena.
La pequeña
Yadira López, de 10 años, se quedó muda. Desde hace seis meses, prefiere no
hablar "para no confundirse", observa su profesor José López, quien
entiende el silencio de la niña como un mecanismo de defensa "mientras
razona sobre qué le conviene".
A ratos,
ella se inclina por el mixteco, como en este momento en que se dirige al
catedrático a quien le pide traducir "su vergüenza" por la
"incapacidad".
En actitud
opuesta, Romualdo Ortiz, de 11 años, utiliza su habilidad lingüística para
impresionar a sus compañeros y volverse popular en el grupo de quinto grado
pues ahora sus padres no tienen dinero para comprarle los jeans y los zapatos
deportivos que tenía en Watsonville hace dos años.
"Me
gustan las niñas blancas, pero no tan rubias", describe con picardía en
español. "They are more beautiful".
Romualdo
vive hoy con sus siete hermanos en una pequeña casa de tabicón sin revestir que
la familia construyó en un traspatio. Ahí su madre, Agustina Juárez, de 32
años, asolea a los gemelos que acaba de parir para sumar cuatro hijos mexicanos
y tres estadounidenses que el padre sostiene como peón en el campo.
"Yo
quiero que Romualdo estudie en Estados Unidos", dice.
El problema
es que ninguno de los parientes que aún viven allá pueden responsabilizarse de
una boca más. "Todos tienen muchos hijos".
Igual
situación describe Esperanza Díaz, mamá de Yadira, quien junto con su esposo ha
intentado sin éxito regresar a California sin papeles. La última vez, él quedó
detenido durante un mes.
Ante la
imposibilidad del retorno, las familias han aceptado que los suyos, aunque
norteamericanos, no tienen más opción que educarse aquí con las complicaciones
que implican las actas de nacimiento norteamericanas y el sistema educativo que
no reconoce el inglés como una tercera lengua.
La falta de
práctica del idioma hace que día a día los chicos pierdan fluidez y olviden
palabras. Eso vive Brian Morales, de 13 años, quien regresó hace cuatro años de
Salinas.
"Me
gusta hablarlo, pero no tengo con quién practicarlo y hay otros compañeros que
te hacen burla cuando oyen el inglés y me dicen que me creo mucho",
cuenta. "No es fácil aquí, a veces te molestan hasta porque hables
español".
Así es el
bullying en la mixteca oaxaqueña. Un desperdicio del potencial de hablar tres
idiomas, considera el profesor López que quiere encabezar un club de
conversación entre los niños estadounidenses de la escuela y el resto de los
chicos.
Él mismo
habla las tres lenguas después de vivir durante varios años en Tacoma,
Washington, y quiere coordinar, empujar y empoderar a este peculiar perfil de
niños antes de que caigan en otros vicios que también llegó con el ir y venir
de mixtecos: la drogadicción.
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