Insípido baño de pueblo de Meade en Oaxaca .

Citlalli 

El candidato saluda, posa para las cámaras. Los aplausos se agolpan. Busca moverse a sus anchas en el pequeño templete, pero el rostro denota preocupación, una extraña incomodidad o cansancio por el arribo al recinto de convenciones en calenda, entre empellones, con el peso de sol de febrero y el grito de ¡asesino! de una comitiva de la Sección 22 del sindicato de maestros que lo increpó.

Matracas, porras, entusiasmo de las corrientes priístas compactadas no encienden la euforia del candidato y su figura queda consumida en un discurso de baja intensidad que al final no convenció y el grito de ¡Pepe presidente! del animador, no tuvo eco.

Es su primer visita como virtual candidato del PRI a la presidencia de México. José Antonio Meade Kuribreña se enfila a hacerse presente ante la militancia priista. Y en ese afán ineludible de los políticos mexicanos por mostrar una imagen a ras de piso, hace una parada en el mercado de la Merced para desayunar en compañía del gobernador del estado, Alejandro Murat Hinojosa, en esa terca ley no escrita que marca “el baño de pueblo” durante el proceso electoral.

El oportunismo

La cargada priísta, una veintena de fotógrafos y reporteros, así como un pesado bloque de seguridad, lo ven comer un pan de yema, tasajo y chocolate, con artísticas plásticos como Sergio Zárate, Fernando Andreacci y Luis Zárate antes de salir en calenda hacia el Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca (CCCO).

La comitiva avanzó sobre Calzada de la República con los primeros calores sofocantes de Oaxaca. Allá iba escoltado por un centenar de personas que, a la usanza del estado conformaron la calenda: marmotas, monos, chinas oaxaqueñas, banda de música y, extrañamente, elementos carnavalescos: arlequines y bailarinas. Un escenario de fiesta montado que no animó a Meade.

“Oaxaca tiene un sabor único”, señala con una voz ahogada entre el tumulto de priístas, de quienes buscan una candidatura construida con base en selfies con el elegido del PRI, de quienes se peleaban por acaparar reflectores en la prensa siguiendo el viejo adagio “el que se mueve no sale en la foto” instituido por quien fue uno de los prinosaurios más longevos del otrora partidazo, Fidel Velázquez.

"¡Aquí candidato!, foto por favor"

"Candidato, selfie conmigo"

Meade saluda, esboza una sonrisa, abraza y vuelve a ese rostro inocultable de preocupación que se incrementa a medida que avanza hacia el inmueble ubicado frente al edificio de cristal de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).

Desde lo alto de aquél edificio, quedó desplegada una manta: “Fuera Meade, Oaxaca te repudia”. De frente a la calenda un pequeño grupo de personas se lanza con pancartas y gritos de ¡Asesino!

Algunos se hacen de palabras pero el contingente sigue avanzando entre la música y la fiesta montada perfectamente establecida como estrategia para un candidato, que de acuerdo a las últimas encuestas, se encuentra en el fondo de la preferencia del electorado.

NOTICIAS VOZ E IMAGEN DE OAXACA

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