https://noticias-ixtepec.blogspot.com/2012/08/la-x-en-la-frente-sin-miedo-la-dmocracia.html
LA X
EN LA FRENTE
SIN
MIEDO A LA DEMOCRACIA INTERNA
Las
visiones respecto del rumbo que, en la actual encrucijada, debe tomar el PRI
oaxaqueño se aglutinan en dos posturas. La de aquellos que a conveniencia o
intelectualmente honestos, sugieren la prevalencia del status quo, retrasando
el inicio del proceso interno para elegir presidente y secretario general del
Comité Directivo Estatal y atisbando una autocomposición o arreglo privado
entre las figuras prominentes del partido, incluida la que interpreta el futuro
escenario a la luz del concepto político de hegemonía, viendo la solución
inmediata en el surgimiento de un grupo “hegemónico” que pueda aglutinar a la
mayoría de los liderazgos; y la de quienes consideran que la crisis por la que
atraviesa el PRI oaxaqueño debe capitalizarse abriéndolo a la libre expresión y
participación mayoritaria de los miles de militantes en todo el estado con su
voto directo.
A
petición de muchos amables lectores fieles al mejor diario de Oaxaca, que no pudieron
consular en estas páginas la carta que en días anteriores escribí a los
dirigentes del PRI en Oaxaca, es que la comparto hoy íntegra con todos, en un
afán de enriquecer el debate sobre un tema tan importante no solo para los
priístas, que tienen derecho y obligación moral de alzar la voz,
sino para la salud de nuestro endeble sistema de partidos y
consiguientemente de nuestro desarrollo democrático.
LICENCIADO
JORGE ESTEBAN SANDOVAL OCHOA
DELEGADO
PRESIDENTE DEL CDE DEL PRI EN OAXACA
PROFESOR
ARTURO OSORNIO SÁNCHEZ
DELEGADO
DEL CEN DEL PRI EN OAXACA
Muy
estimados señores:
Comenzaré
reconociéndoles lo que nadie o casi nadie, a últimas fechas, les ha reconocido:
su disposición y su voluntad para sobrellevar la nada sencilla encomienda de
conducir al complejo PRI oaxaqueño en este tortuoso proceso electoral; tiempo y
voluntad que con mayores satisfacciones pudieron haber empleado en latitudes mejor
conocidas y más confortables políticamente.
Al
tiempo de discurrir estas líneas, se estará preparando un documento que la
corriente interna de opinión con la que simpatizo, les hará llegar y con cuya
idea central concuerdo. Era, sin embargo, imperativo dejar constancia de la
exclusividad de algunas reflexiones.
Es
esta, una misiva que no espera respuesta. Puede entenderse como políticamente
inadecuado. Su contenido puede no ser compartido por algunos, pero sí suscrito
por muchos priístas que como yo, con más de la mitad de la vida invertida en
militancia, se muestran preocupados y ocupados por el futuro inmediato del PRI
en nuestro estado.
Soy
de los miles que, como ustedes, el primero de julio no celebramos nada e
iniciamos un ejercicio profundo de reflexión y prospectiva. ¿Hacia dónde
encaminaría ahora los pasos nuestro otrora hegemónico partido? fue la pregunta
inicial. Sólo dos caminos posibles nos aguardan: la refundación, con el
espíritu que nuestro presidente nacional abrazó en su mensaje de toma de
protesta; o un papel testimonial de cara al escenario adverso que los electores
dibujaron en la nueva realidad política de Oaxaca.
Los
electores decidieron y no lo hicieron a nuestro favor, pero tampoco desfondaron
al PRI que, muy a pesar de los vicios, componendas y malas decisiones de
algunos de sus miembros, logró parámetros todavía aceptables de aprobación
electoral. La elección en Oaxaca no las ganaron los mejores. En medio de la
crisis del sistema de partidos en Oaxaca, el PRI dejó de hacer mucho y por él
dejaron de hacer otro tanto quienes estaban obligados a ello. Arribamos al
proceso electoral en medio de la displicencia que ahondó la división interna,
con un proceso de selección de candidatos que dejó inconforme o al menos
insatisfecha a la mayoría y el resultado aún nos duele.
El
PRI en los últimos lustros devino en una estructura recicladora de talentos.
Apellidos y rostros omnipresentes con sus personalidades y el mismo estilo de
hacer política. Al partido se le enquistó y se le hizo presa de su dinámica
interna; nuestra competencia al interior, nos distrajo de nuestros verdaderos
adversarios. Perdimos rumbo en la medida en que se le alejó de su razón de ser
más allá de su militancia y no se diga de su nomeklatura: de la ciudadanía.
El
PRI ya no era institución que traducía representatividad social en
representatividad política. Reproducía representatividad política en más
representatividad política y la consecuencia fue el epítome del desgaste.
Muchos militantes y cuadros que, como quien esto escribe, fueron beneficiarios
laborales y políticos de los gobiernos priístas, de pronto fueron con razón o
sin ella excluidos o desplazados de las decisiones y los procesos importantes
por una aristocracia que administró al PRI como club de amigos, por decir lo
menos; y lo más grave, cancelaron la posibilidad de desarrollo político de
muchos jóvenes y mujeres que debieron refrescarlo entrando por la puerta de la
capacitación política y la formación ideológica. Nuestro partido se entregó al
pragmatismo vertical y los mismos de siempre llegaron a ser insuficientes,
primero e ineficaces después.
No
sabemos cuánto tiempo dure la encomienda de ustedes en Oaxaca. Si ella alcanza
la conducción, también del proceso interno de elección de la nueva dirigencia
estatutaria, es grave la responsabilidad conferida y muy altas las
expectativas. En sus manos, compañeros presidente y delegado, está el PRI que
viene y de sobra está decir que requiere como nuevos cimientos la objetividad,
la imparcialidad, la inclusión y el bien común de los priístas, no el de unos
cuantos; menos el de los mismos de siempre.
Que
estas líneas no se interpreten provocadoras ni desafiantes. La legitimidad, si
es que se pretende un nuevo PRI, no puede venir de otra fuente que no sea la
voluntad mayoritaria de militantes y simpatizantes. Una elección abierta con
voto universal y secreto será, a mi juicio, la mejor posibilidad de
refundación. Algunos podrán no estar de acuerdo con el resultado pero los
triunfadores nacerán, ahora sí, legitimados jurídica y políticamente para
iniciar un verdadero trabajo de reconciliación, como presupuesto de
competitividad para el próximo proceso electoral para elegir diputados al
congreso del estado y presidentes municipales el año por venir.
El
PRI debe dejar de moverse solo sobre su membresía, sobre su voto duro. No hay
mejor manera de acercarse a los ciudadanos que mantener abiertas, sin reservas,
las puertas del PRI, redimensionar el papel y la función de nuestros sectores y
organizaciones; ubicar en el lugar de privilegio que les corresponde a los
organismos especializados de capacitación política y divulgación ideológica;
reencauzar el trabajo de los comités municipales volviendo los ojos a los
seccionales. Los priístas aquí están, no se han ido, ni es conveniente que se
vayan. Hay que asignarles tareas dignas y específicas para la acción política.
El
PRI es de todos y todos, sin excepción, tenemos mucho que aportar. La
competencia interna no debe temerse. La palabra final, siempre sabia, la habrá
de tener el ciudadano simpatizante o militante con su voto.
Ante
la inminente renovación estatutaria de nuestra dirigencia estatal, una elección
directa por la base militante, aprobada por nuestro Consejo Político Estatal,
entre las opciones presentadas por nuestro Reglamento para la Elección de
Dirigentes y Postulación de Candidatos, pondrá a cada quien en su lugar.
Reciban
mi más sincero agradecimiento por la deferencia de su atención.
Moisés
Molina
Publicar un comentario