Grupos de autodefensa buscan legitimarse en México

MEXICO— El líder del grupo de autodefensa más conocido de México informó que se quitarán los pasamontañas, dejarán a un lado los retenes pero permanecerán y en la lucha.

Bruno Plácido, el jefe del grupo, dijo que estos "justicieros" buscan conformar un movimiento nacional con otros grupos que también han surgido para combatir la violencia ligada al narcotráfico.

Plácido dijo que su grupo de autodefensa quiere legitimar su movimiento, ampliarlo y hacerlo más transparente. Por eso decidieron quitarse los pasamontañas y desaparecer sus retenes. Agregó que quiere distanciarse del concepto de patrullas de autodefensa que ha causado conflictos entre la policía y el ejército, especialmente después de descubrirse que podría haber nexos entre algunos justicieros con narcotraficantes.

"La etapa de la autodefensa ya la pasamos", expresó Placido. "Abrimos otra página, donde estamos creando un sistema de seguridad para que los campesinos que salieron en su momento a la autodefensa, regresan al campo a trabajar, los ganaderos a su ganado".

En enero, surgió el grupo de Plácido, a consecuencia de una serie de extorsiones y secuestros que se registraron en la región y que se atribuyeron a una pugna entre cárteles del narcotráfico. Hombres armados con rifles viejos y pasamontañas instalaron retenes y detuvieron a más de 50 personas, quienes fueron liberadas posteriormente.

"Había una psicosis de terror y de miedo", dijo Plácido al referirse a amenazas de extorsión en contra de comerciantes y campesinos en el pueblo de Ayutla en el estado sureño de Guerrero.

El grupo quiere ser mejor visto por la sociedad, quizás por medio de uniformes. Plácido dijo que aún existe la posibilidad de establecer retenes cuando lo consideren necesario y dijo que no dejarán sus armas, aunque la mayoría son armamento de caza y de bajo calibre que sí son permitidas bajo las estrictas leyes de armas de México.

Plácido dijo que se ha comunicado con otros grupos que han surgido en semanas recientes en otras regiones de México.

"Vamos a hacer un encuentro nacional cuando vayamos acordando, para ver qué está pasando en otros estados", dijo Plácido. "Estamos buscando contactos para reunirnos con ellos, para ver en qué coincidimos".

Su grupo de autodefensa parece tener poco en común con un grupo de hombres enmascarados que portan armas largas, quienes conformaron "policías comunitarias" en el pueblo de Tecalcatepec, en el estado colindante de Michoacán. Estos hombres señalaron que defienden a la población de Los Caballeros Templarios, un cártel de drogas que controla esa zona. A principios de marzo, soldados arrestaron alrededor de 50 miembros de este grupo y fiscales han dicho que al menos un miembro tenía vínculos con el cártel rival llamado Jalisco Nueva Generación.

Enardecidos por esas detenciones, docenas de personas en ese pueblo cercaron la entrada de la base militar en Tecalcatepec este martes mientras ofendían a soldados que estaban ahí.

Más aún, el miércoles aparecieron unas mantas en la zona firmadas por Los Caballeros Templarios que instaban al gobierno a poner un alto a la farsa de las policías comunitarias, a quienes el cártel acusa de trabajar para la pandilla rival.

La propagación de los grupos de autodefensa en México ha generado un debate en un país que muchos consideran tiene una justicia ineficaz y cuerpos policiacos corrompidos con poderosos narcotraficantes. También ha propiciado dudas del origen repentino de estos grupos y de sus recursos.

El senador del Instituto Revolucionario Institucional Omar Fayad dijo a medios locales el jueves que las autoridades deben estudiar caso por caso para separar por un lado a grupos de habitantes organizados y la policía comunitaria tradicional de peligrosos grupos como el de Michoacán. La policía comunitaria ha existido por años en pueblos indígenas al sur de México con la aceptación de los habitantes.

Brian Phillips, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas que investiga violencia política, dijo que "existe una larga tradición de patrullas comunitarias en comunidades indígenas que no ha causado grandes problemas".

"Pero estos nuevos tipos de grupos, estos grupo de justicieros, parecen ser un fenómeno completamente diferente", dijo Phillips. "Es difícil saber realmente con quién están trabajando pero no me sorprendería en absoluto si estos justicieros comenzaran a trabajar con grupos del narcotráfico. Podría ser porque así lo escogieron ya que sería lucrativo pero también podría ser hasta cierto punto forzado".