Natalia y Francisco Toledo presentan El niño que no tuvo cama, una historia íntima que recupera la tradición oral zapoteca


Juan Carlos Talavera 
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Natalia y Francisco Toledo publican El niño que no tuvo , un relato inédito que recupera la tradición oral zapoteca y un pasaje íntimo y familiar que ha recorrido dos generaciones en la  Toledo. La historia es un relato “descarnado”, reconstruido por la Natalia Toledo e ilustrado con 16 pinturas del artista oaxaqueño.

“Ésta es una historia real y original, una mirada de los zapotecas y una invitación a quienes hablan un solo idioma para compartirles, una vez más, que en este país existen 68 lenguas y que muchas están en riesgo de extinción”, explica Natalia Toledo.

¿Qué tan cerca está la historia de la realidad?, se le pregunta a Natalia Toledo.

“¡Mucho! Es una historia muy  e íntima de la familia. Tenía que contarla porque habla de mi abuelo que, cuando era niño, dormía sobre un trozo de piel de vaca porque mi bisabuelo era zapatero, pero conforme pasaba el esa piel se reducía y él se quedaba sin cama”.

Pero podría ser también la historia de los juchitecos, porque en Juchitán  nadie tiene cama debido al calor que hace; todos crecimos en petates y hamacas. Realmente es de locos que en lugar donde hace un calor cercano a los cuarenta grados tengas una cama, relata.

“Años después, mi abuelo tuvo éxito y se compró la cama más bonita, pero al  sus  siempre lo encontraban debajo de la cama porque su cuerpo de niño durmió siempre tantas veces sobre aquella piel de vaca que buscaba estar a ras de piso”.

Cierto día Chico Min —nombre del personaje que encarna el abuelo— sueña que llega a la tierra de las vacas y la líder se enoja con él porque todas sus hermanas están agujereadas, por culpa de su papá que era zapatero. Así que le pide que las remiende porque la comida no se les queda en la panza.

“Sí, parece un cuento pero en realidad es la historia de mi familia, de mi abuelo y quisimos recordarlo de esta manera. Mi abuelo lo contaba con mucha nostalgia con su cuerpo un poco afectado porque le daba sentimiento haber dormido sobre esta piel, entonces lo recalcaba a sus hijos. Así que sólo reconstruí la memoria de mi abuelo”, cuenta.

BILINGÜE. Escrita originalmente en zapoteco, El niño que no tuvo cama es una historia inédita y original tanto para niños como adultos, pues tiene un brillo muy especial: forma parte de la vida de Francisco Toledo, señala Miriam Martínez Garza, coordinadora nacional de Alas y Raíces.

“La historia ha pasado de generación en generación y llega a su hija, escritora y poeta, quien le da forma, la imagina y le da palabras desde las imágenes de su padre”, añade. Pero a la vez es un poco de la memoria de los Toledo y un ejemplo de cómo pasan las historias de generación en generación.

La edición del libro es bilingüe —zapoteco y español—, la coedita Alas Raíces y la Secretaría de Cultura de Oaxaca, y cuenta con algunas notas sobre cómo han evolucionado las palabras en zapoteco. “Es una historia con sabor mítico que viene de una historia real”.
El libro El niño que no tuvo cama se presentará en la 32 FILIJ el viernes 16 de noviembre en el Aula Magna del Cenart a las 19:00 horas.

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