El paralelismo Salinas-Peña Nieto
https://noticias-ixtepec.blogspot.com/2013/01/el-paralelismo-salinas-pena-nieto.html
Fuente Sin Censura .
Por: Víctor
R. Hernández .
No cabe duda
que los tiempos se repiten. El regreso del Partido Revolucionario Institucional
a Los Pinos y la velocidad con que comienza a actuar el presidente Enrique Peña
Nieto, nos recuerdan los viejos tiempos del salinismo. Hay suficientes
elementos para recordar el sexenio 1988-1994:
1.- Carlos
Salinas de Gortari y el PRI, por primera vez enfrentan una contienda teniendo
como principal competidor a un verdadero dirigente de la izquierda mexicana:
Cuauhtemoc Cárdenas Solórzano.
Luego de
desprenderse del Revolucionario Institucional, de donde su padre fue uno de los
fundadores, Cárdenas Solórzano atrae una importante cantidad de priistas a su
movimiento que crece como la espuma y, de acuerdo con versiones de los viejos
priistas, gana las elecciones de 1988 pero la caída del sistema inclina los
resultados a favor de Carlos Salinas de Gortari, joven político formado en las
filas de la tecnocracia bajo la sombra de Miguel de la Madrid Hurtado y Manuel
Camacho Solís.
Cuauhtémoc
Cárdenas y el Frente Democrático Nacional, no reconocen el triunfo de Salinas
de Gortari.
1.1.- 24 años después pareciera repetirse la
historia. Un joven priista, Enrique Peña Nieto llega a las elecciones del 2012
y se enfrenta a otro líder carismático y mesiánico de la izquierda mexicana:
Andrés Manuel López Obrador.
Las
elecciones se desarrollan dentro de un escenario de protestas, guerra sucia y
muchos recursos económicos, por parte del PRI y su candidato, elementos que
alertan a las izquierdas y derechas.
Las
elecciones del 2 de julio de 2012 son ganadas por el PRI y Enrique Peña Nieto
pero el triunfo no es reconocido por el frente de izquierda hoy conocido como
Movimiento de Regeneración Nacional, Morena. Andrés Manuel López Obrador
anuncia, como en su momento lo hizo Manuel J. Clouthier, la resistencia activa
y pacífica.
2.- Carlos
Salinas de Gortari, inicia un sexenio cuestionado por la izquierda y se ve
obligado a dar golpes mediáticos espectaculares, seguidos de históricas
reformas estructurales.
– La reforma
agraria apoyada desde la CNC por el entonces líder nacional, Maximiliano
Silerio Esparza.
– La reforma
al artículo 33 constitucional que reconoce la existencia jurídica de los
sacerdotes y los dota de derecho a votar. Su principal interlocutor fue el
entonces embajador Girolamo Prigione.
– Impulsa
las reformas económicas para poder fortalecer su propuesta del Tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos y Canadá.
– Golpea con
dureza y decisión el anquilosado sindicalismo mexicano, expresado por Carlos
Jonguitud Barrios, entonces dirigente del SNTE y a Joaquín Hernández Galicia,
La Quina, líder petrolero.
2.1 Eso fue
hace 24 años. Ahora, Enrique Peña Nieto inicia su sexenio también cuestionado
por la izquierda y es obligado a realizar, también, una serie de reformas
estructurales para colocar a su partido en tan sólo cinco años, en la dirección
correcta para retener el poder otros seis años.
– Desde el
pasado sábado Peña Nieto anuncia la necesidad de dejar mitos y entrar a un
profundo debate para la reforma energética, hacendaria y educativa.
– La llegada
de Emilio Chuayffet a la Secretaría de Educación y el anuncio de la inminente
reforma educativa y la reglamentación federal de las plazas, es un claro
mensaje a Elba Esther Gordillo de, o se alinea o correrá la misma suerte de su antecesor
Jonguitud Barrios a quien suplió hace 24 años.
– Al igual
que Salinas, Peña Nieto entró en negociaciones con la Iglesia Católica a quien
le prometió y le hizo realidad la reforma al 24 y 40 Constitucional, en abril
pasado.
3.- Carlos
Salinas enfrenta con un levantamiento armado en enero de 2004 un levantamiento
armado, seguido de un baño de sangre protagonizados por Luis Donaldo Colosio y
Francisco Ruiz Massieu. El temor se había apoderado de la población porque
vivía algo que jamás había imaginado: Una violencia que sentía cada vez más
cerca.
3.1.- Hoy,
Enrique Peña Nieto, toma protesta como presidente en medio de una sangrienta
guerra; un verdadero movimiento armado que no se libra en la sierra lacandona,
sino en grandes y modernas ciudades como en barrios paupérrimos.
Hoy, el
pueblo no siente cerca la violencia, ya la padece en carne propia. Son más de
95 mil muertos y seguimos contando en este nuevo régimen.
Ojalá y que
este paralelismo tenga un final feliz. No puede ser de otra forma. Con Salinas,
la sociedad aún tenía paciencia. Hoy, después de seis años de sufrimiento, de
violación a los derechos humanos y a las garantías individuales, los mexicanos
sólo esperamos un final feliz. No queremos pensar otro final.
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