Ofrece ejercito educación integral,


Educación universitaria que incluye conocimientos militares, práctica diaria de ejercicio y disciplina sustentada en valores es lo que ofrece la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea (UDEFA).

“Nuestro sistema educativo tiene tres ejes fundamentales, el militar, el académico-cultural y el axiológico, este último es el de valores y virtudes, el cual es muy importante porque desde que entran a los planteles, conocen y llevan a cabo las actividades con base en valores como el patriotismo, la lealtad hacia la institución y México, la honradez, la justicia, la abnegación y la disciplina como base de toda la formación”, comenta el General Eduardo Emilio Zárate, Rector de esta institución académica.
 
“La misión de la Universidad es preparar a los futuros oficiales del Ejército, tanto en materia castrense como para el aspecto de la docencia”.

El prestigio de la UDEFA se ha ido consolidando en los últimos años, tan sólo en 2012, de los 20 mil 500 aspirantes que entregaron documentación para ingresar a estudiar una carrera en esta institución educativa, 5 mil 600 llegaron a la última fase, es decir, aprobaron los exámenes médicos, físico, psicológico y cultural, y de ellos, mil 501 consiguieron un lugar, explica el Rector.

Universidad consolidada

Creada por decreto presidencial el 26 de diciembre de 1975, aunque sus orígenes se remontan a 1931, cuando nació la Dirección General de Educación Militar, actualmente esta institución académica imparte 11 licenciaturas, 43 especialidades (la mayoría médicas), 8 maestrías y 8 doctorados.

Sin embargo, el grado de licenciatura comenzó a otorgarse de manera oficial hace poco.

“Los alumnos entraban con secundaria, y en su estancia en las carreras en el Colegio Militar se hacía el bachillerato; posteriormente, se ve la necesidad de que nuestro sistema educativo subiera su nivel académico y, en 2007, se empieza a recibir en las escuelas de formación gente con bachillerato, por consiguiente, el año pasado sale la primera antigüedad con nivel licenciado”, comenta Zárate.

Actualmente, agrega, el sistema educativo está integrado por 40 colegios o planteles militares, de los cuales seis son de educación media superior y superior.

“También tenemos unidades-escuelas, unidades del Ejército que coadyuvan a la preparación de nuestros oficiales, sobre todo en materias prácticas”, explica.

“Dentro de las escuelas que tienen mayor demanda podemos mencionar la Escuela Médico Militar, el Heroico Colegio Militar, el Colegio del Aire y la Escuela Militar de Enfermeras”.

Además, tienen otras escuelas de nivel superior, como el Colegio de Defensa, donde se imparte la maestría en Seguridad Interior (para coroneles y generales).

Además, en la Escuela de Graduados de Sanidad se llevan a cabo las especialidades, y en la Escuela Militar de Ingenieros se imparten carreras y posgrados.

“También tenemos cursos de diferentes especialidades, 740 en un año, aproximadamente, para (desarrollar) habilidades para nuestro personal de tropa, oficiales, y que son controlados por la Dirección de Educación Militar”.

Licenciados en Ciencias Militares Pilotos Aviadores, Médico Cirujano Militar e Ingeniero Constructor Militar son algunas de las carreras que se pueden cursar en la UDEFA.

Zárate menciona que todos los programas están avalados por la Secretaría de Educación Pública y que son supervisados por el área pedagógica de cada escuela para asegurar la calidad académica de los programas, así como de la planta docente.

Además de la formación propia de cada carrera, el plan de estudios contempla clases de idiomas y computación, así como actividades deportivas diarias.

Para quienes ya dominan inglés, añade, se proponen dar otro idioma, posiblemente francés.

Asimismo, tienen convenios con otras universidades para que algunos elementos puedan cursar carreras que ellos no ofrecen.

El General explica que, al concluir su carrera, los jóvenes reciben su título de licenciatura y su patente como oficial del Ejército con el grado de subteniente, y ya tienen trabajo, aunque no es obligatorio permanecer en esta dependencia federal.

“Un joven termina aquí la carrera y, si con el tiempo quiere causar baja, puede. Su documento es válido para ejercer y tiene su cédula profesional”, afirma.

La vida de un estudiante de la UDEFA

Los alumnos están internados de lunes a viernes en los planteles militares, toman clases la mayor parte del día, no pagan colegiatura y reciben tres comidas diarias, así como una beca económica mensual, además, cuentan con seguro médico.

“El sábado a las 11:00, todos se van a su casa y el domingo en la noche, regresan. Es un cambio total, a un ambiente agradable pero de disciplina, de estudios completos desde las 7:30 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde, pero lo más importante, a un lugar donde el alumno en forma voluntaria quiere entrar”, apunta el Rector.

La clave para lograr con éxito esa transición del seno familiar y un contexto donde se tiene más libertad y tiempo para hacer diversas actividades, añade el Rector, es el entusiasmo de los jóvenes.

Además, los jueves en la tarde, las familias pueden visitar a sus hijos, para lo cual se preparan actividades de convivencia, y quienes tienen promedio de 8.5 pueden tomar la tarde libre y regresar en la noche.

En cuanto a los alimentos, el desayuno, la comida y la cena se sirven a los mismos horarios, lo que permite crear una disciplina.

Las comidas están diseñadas por la Dirección de Sanidad; Aspecto e Higiene se encarga de adecuar las calorías con base en el cálculo de las que va a gastar un joven cada día de acuerdo con su actividad física diaria.

“A las 9:00 de la noche, a dormir todo mundo, y al otro día, a las 5:30, con el toque de Diana, hay que empezar actividades, honores a la bandera; luego clases hasta las 12:00 o 12:30, de 12:30 a 13:30, educación física; después, comedor, y otra vez a clases en la tarde”, detalla el Rector, quien tiene nombramiendo de General Brigada DEM (Diplomado de Estado Mayor).

Al ingresar a la UDEFA, los alumnos reciben libros, conferencias, uniforme y, si tienen que hacer viajes de estudio, también están cubiertos.

Derechos humanos y presencia femenina

Dos aspectos que se están cuidando y fomentando en la UDEFA son los derechos humanos y la equidad de género.

“Nos interesa mucho que todos nuestros miembros del Ejército conozcan de derechos humanos. Actualmente se está impulsando en todos los planteles, desde la escuela de formación hasta el Colegio de Defensa. En unos es una materia; en otros, una conferencia”, señala Zárate.

En cuanto a la presencia femenina, agrega, hoy en día las mujeres representan cerca de 15 por ciento de la matrícula estudiantil en los planteles militares y se está fomentando que este porcentaje crezca.

El Rector explica que las mujeres entraron en 1936 por primera vez a las escuelas militares, a la de Enfermería y, posteriormente, se abrieron las puertas en la Escuela Médico-Militar, así como en la de Odontología.

“Primero salían con bachillerato, como enfermeras; luego salieron como técnicas, y actualmente salen con licenciatura”.

Aunque la Escuela de Enfermería aún está reservada para mujeres, pues para los hombres existe la Escuela de Oficiales de Sanidad, cada vez más alumnas están ingresando a carreras que antes sólo eran para varones.

“Ahora tenemos presencia de la mujer en el Heroico Colegio Militar, en el Colegio del Aire, ya tenemos pilotos aviadores mujeres; también hay en la Escuela Militar de Ingenieros”, indica.

“Posiblemente, hablando de género, a futuro se podrían abrir para hombres algunas como la Escuela Militar de Enfermeras”.

Hay buen trato con las mujeres

Tras ser rechazada dos ocasiones, al fallar en el examen psicológico, Miriam Guadalupe Miranda entró a la Escuela Militar de Ingenieros de la UDEFA, donde ahora cursa el segundo año de Ingeniero en Computación e Informática.

“Me interesó la combinación del medio militar y las actividades académicas, desde la prepa quería estudiar una ingeniería en computación informática y supe que en 2007 se abrió la convocatoria para participar por un lugar en la Escuela Militar de Ingeniería”, comenta la cabo de cadetes, de 23 años.

Aunque es la única de su familia que ha incursionado en el Ejército, sus conocidos le decían que lo pensara bien porque era un medio de mucha disciplina.

“Nos podemos desarrollar académicamente, ofrece muchas ventajas estudiar aquí y tenemos varias actividades, deportivas y culturales”, indica.

En su salón son 11 hombres y dos mujeres, pero rechaza que sea un medio hostil para ellas.

“Existe la flexibilidad y el respeto a los derechos humanos, entonces no hay algo en que nos denigren, todas las actividades son con un gran respeto y nos estamos integrando hombres y mujeres”, asegura.

Carácter firme para avanzar

“Sargento Segundo de Cadetes Marco Antonio Flores Téllez”, así se presenta este joven de 22 años, alumno de tercer año de Ingeniería Industrial con especialidad en Electricidad, quien logró su ingreso a la UDEFA al segundo intento.

Antes del Ejército, Marco Antonio estudió dos años Ingeniería Industrial en la UNAM; sin embargo, optó por cambiarse por algunas complicaciones familiares, por la oferta académica y por la posibilidad de superación personal que le ofrecía la UDEFA.

“Vivía lejos de la UNAM, estaba todo el día en la facultad porque mis clases eran de 7:00 de la mañana a 7:00 de la noche, con tiempo muerto. Aparte, raramente llegaba a clases temprano, luego por la situación económica también era muy duro para mí ir”, platica el alumno, originario de Tuxpan, Veracruz.

“Decidí ingresar a un plantel militar, donde se trabaja la disciplina pero también se da énfasis a los conocimientos”.

Si bien la ambientación a la disciplina fue uno de los principales retos que enfrentó al inicio, afirma que la transición es un proceso gradual al que cualquiera se puede adaptar.

“Uno debe tener un carácter firme para avanzar. Conforme pasa el tiempo te vas acostumbrando. Es un proceso gradual, no inmediatamente cuando llega uno se le va a aplicar todo el rigor de la disciplina”, dice.

“Aprendes a administrarte, a dedicar tiempo para educación física, a estudiar y también a la familia y los amigos”.

Para él, un día cotidiano comienza a las 5:30 horas, cuando pasa lista; después va al comedor e inicia clases a las 7:30. A las 12:30 tiene una hora de deportes; luego, media hora para aseo personal, después come y continúa con las clases.

Al día, explica, toma entre cuatro y cinco materias, cada una de una hora y media o dos. Las clases terminan a las 18:00 horas; después cena y tiene algunas horas libres para estudiar o descansar.

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