mas caro el caldo que las albondigas, o peor el remedio que la enfermedad

NUNCA ANTES, ningún refrán me había parecido tan acertado, como el que dice que a veces, “resulta peor el remedio que la enfermedad”. Lo que en un principio parecían casos aislados donde se involucraban a moto-taxistas, al paso del tiempo, p

arecen no ser excepciones sino un patrón general. Accidentes, asaltos, invasión del casco urbano, el ahora evidente abandono de las colonias populares, donde los habitantes sufren, igual que antes, la ausencia de un medio de transporte, todo abona para considerar a los amigos de los moto-taxis como una plaga que va creciendo de manera desordenada, sin que sus dirigentes quieran (¿o no pueden?) ponerles un alto.
Nadie, absolutamente nadie parece que pueda poner orden a las arbitrarias decisiones que toman, imponiendo su fuerza numérica, sumada a la altísima agresividad que poseen, para hacer y deshacer, ocupar espacios donde quieren, violentar la privacidad de los vecinos de las zonas donde han puesto y por los productos de gallina que están muy caros, hacer todo tipo de desmanes.
Los dirigentes de estos grupos, tanto coceístas como priistas, o no tienen la autoridad para imponerse sobre ellos o simplemente están aprovechando la situación para sus dividendos políticos, máxime que ya viene el proceso estatal electoral y seguramente tendrán aspiraciones. Una vez más demuestran que el pueblo es lo que menos les importa, solo ven signos ($$$$) y punto, qué lástima.